El pasado 8 de noviembre, en el marco de la santa misión de las hermandades y cofradías ―con ocasión del Jubileo 2025―, la Hermandad de la Soledad efectuó un acto piadoso de carácter extraordinario, consistente en el ejercicio del vía matris y la celebración de la santa misa.
| La Santísima Virgen a su paso junto al azulejo conmemorativo de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Estrella. EXCMO. AYTO. DE VILLA DEL RÍO |
El vía matris partió de la Iglesia Parroquial, a las cuatro de la tarde, y discurrió hasta la calle Juan Parejo, donde ―ante el Colegio Poeta Molleja― tuvo lugar la santa misa, a las cinco. Por tanto, en un primer momento, los fieles recorrieron, de la mano de la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Soledad, el camino de dolor de la Santísima Virgen; posteriormente, celebraron, al amparo de la bendita imagen, el triunfo del Cordero de Dios en la eucaristía.
| La Santísima Virgen en su transitar por la calle Juan Parejo. EXCMO. AYTO. DE VILLA DEL RÍO |
La santa misa ―en este caso, celebración vespertina de la eucaristía dominical― fue oficiada por el Rvdo. Sr. D. Jérémie Abumwami, Administrador parroquial, y contó con la intervención musical del Coro Parroquial. Cabe reseñar que la celebración eucarística, que dio comienzo con su correspondiente procesión de entrada ―desde el extremo inferior de la calle Juan Parejo hasta el superior, en que se encontraba el altar―, se desarrolló en un clima de absoluto recogimiento y auténtica espiritualidad, que propició que la asamblea ―allí, congregada― viviese plenamente dicho acto comunitario de fe a cielo descubierto, con el tímido piar de los gorriones ―como sonido de fondo― y los últimos rayos de sol sobre la dolorosa ―ante el Colegio Poeta Molleja, telón de fondo―.
| Procesión de entrada de la celebración eucarística. EXCMO. AYTO. DE VILLA DEL RÍO |
Este domingo, la Iglesia universal celebró la fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán, «signo permanente de amor y unidad de toda la Iglesia latina con el romano pontífice» (Martirologio Romano); por su parte, la Iglesia española celebró, además, el Día y la Colecta de la Iglesia Diocesana. En este sentido, el oficiante, al hilo de las lecturas, exhortó a los fieles a no profanar su propio templo, es decir, a velar por su integridad corporal y espiritual, con la firme intención de ser morada de Dios ―templo del Espíritu Santo―; además, reflexionó acerca de la situación de muchos hermanos que, en el seno de la sociedad actual, viven el profundo dolor de la soledad ―sin nadie a quien acudir cuando necesitan su compañía o con quien compartir su misma existencia―, al igual que la Santísima Virgen, invocada como «consoladora de los afligidos» y «refugio de los que están solos».
| Celebración eucarística ante el Colegio Poeta Molleja. EXCMO. AYTO. DE VILLA DEL RÍO |
Tras la santa misa ―que concluyó con su bendición solemne correspondiente―, se inició el regreso a la Iglesia Parroquial, que contó con el acompañamiento musical del Trío de capilla de la Banda de música Pedro Morales, de Lopera. Cabe mencionar que, dado el carácter extraordinario y jubiloso del acto en cuestión, las calles Juan Parejo, Naranjo, Estrella y Nueva lucieron sus mejores galas, siendo primorosamente exornadas por sus vecinos, para mayor honra y gloria de la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Soledad, que, además, fue agasajada con la erección de varios altares ―uno en la calle Juan Parejo, otro en la calle Estrella y otro en la calle Alta―, así como con sus tradicionales petaladas en la calle Nueva. Asimismo, es preciso apuntar que una representación de la Hermandad de Padre Jesús tuvo a bien saludar a la dolorosa, a su paso por la Capilla de Jesús Nazareno ―su primitiva sede―.
| La Cofradía en su regreso a la Iglesia Parroquial. EXCMO. AYTO. DE VILLA DEL RÍO |
En resumidas cuentas, el pasado 8 de noviembre, Nuestra Señora de la Soledad fue fervorosamente honrada como «Señora dolorosa de Villa del Río», en tanto que la bendita imagen fue objeto de pública y verdadera veneración por parte de sus devotos y hermanos, así como de los fieles en general; de este modo, quedó plenamente manifiesta una devoción histórica ―ciertamente enraizada en el corazón de muchos villarrenses―, vivida con espíritu de ferviente filiación mariana y sentida desde lo más profundo del alma.