domingo, 21 de junio de 2015

DOMINGO 12º del Tiempo Ordinario


      El libro de Job crea las más bellas imágenes para sugerir la grandeza de Dios, que pone límites al mar y frena su arrogancia (1ª lectura: Job 38, 1. 8-11). ¿Cómo tendremos una imagen de Dios? ¿Será suficiente contemplar lo más magnífico de sus criaturas, el mar, la montaña, la tempestad?
      Jesús duerme en la barca, en medio de la tormenta (Evangelio: Marcos 4, 35-40) que aterroriza a los discípulos. Pero no hay nada que temer si Jesús está con ellos.
      Es una preciosa imagen de la Iglesia, azotada por todos los vientos y las tempestades. Nada hay que temer si Jesús está en la barca. Podemos escuchar hoy para nosotros la palabra de Jesús: «¿Aún no tenéis fe?». Y es que el que vive con Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
      No estamos oprimidos por el temor, sino que «nos apremia el amor de Cristo» (2ª lectura: 2 Corintios 5, 14-17). Pero si nos preguntamos como los discípulos «¿quién es este?», tenemos la respuesta: el hombre lleno del Espíritu, del Viento de Dios.