domingo, 29 de marzo de 2015

DOMINGO DE RAMOS

Jesus entra a Jerusalen

      El Domingo de Ramos podemos quedar distraídos de lo esencial: la entrada de Jesús en Jerusalén no es un triunfo, sino un acto de supremo valor. Y es que él sabe que si entra en Jerusalén lo van a matar. Pero siente que esa es su misión y la cumple hasta el final.

      Así es como lo entienden (1ª lectura: Isaías 50, 4-7) y también Pablo en su carta a los cristianos de Filipos (2ª lectura: Filipenses 2, 6-11).

      Y con esas pistas podemos leer la Pasión (Evangelio: Marcos 14, 1-15, 47). Si habíamos esperado éxitos victoriosos, conversiones en masa, aclamaciones de las naciones, estábamos muy equivocados. El triunfo de Jesús es la cruz, Jesús no triunfa como Alejandro Magno o Napoleón, imponiéndose a la fuerza. Él triunfa aceptando la misión que le confía el Padre, llegando al corazón de la gente: no por sumisión sino por conversión. Los discípulos montaron una entrada triunfal, pero Jesús entró en el Templo de Jerusalén llorando, porque sabía que lo iban a rechazar, y que esto iba a ser su ruina. Y es que Jerusalén estaba eligiendo entre su propia gloria y el Reino de Dios.

sábado, 28 de marzo de 2015

Llega Jesús a su pueblo; es Semana Santa




Entra en Jerusalén, quiere hacerlo a la Casa del Padre, es decir, quiere de su pueblo su Reino. Compromiso, obra y correspondencia; Jesucristo da la clave con su ejemplo de vida a la nuestra. Su sentir ha de ser el nuestro, empeño en ello hemos de poner, todo, todo de nuestra parte. Merece la pena insistir, así que hay que hacerlo: ser personas de obra y no tanto de palabras que inundan nuestra mente, no de abstracción excesiva, sino más bien de acción misericordiosa. Eso será el valor que se le otorgue a nuestra vida, por eso seremos alguien en ella, interesaremos o importaremos; todo es darse a conocer, manifestarse, presentarse, dar luz, como Él, para ver, sí, porque hace mucha falta; es necesario que desarrollemos lo necesario, y no lo que no sirva. Jesús aparece hoy, de forma muy especial, pero no solo lo hace aquí, ahora, en este instante, no; va siempre con su Padre, con su Madre, con su Espíritu, se nos aparece, y como somos imagen y semejanza de Él hemos de comprometernos a hacer lo mismo: auxiliar lo necesario a quien esté necesitado, con nuestros hechos que se acercan y parecen a lo testimoniado.

Generar entendimiento nos lleva o conduce al Reino que Dios nos ofrece e insta colmar de bien, conseguir, lograr; la meta es esa, y sí, todo parece muy fácil y comprensible con la palabra, lo entendemos al pie de la letra, con la clave que dan, porque ese punto de partida y ese objeto que alcanzar parten de la palabra pero se realizan y completan, nos llenan, y nos gusta, en la obra, en la acción fiel y comprometida con Dios y sus hijos, nuestros hermanos. Somos su reflejo, nos da su aliento, y en nosotros una llama de fe ha de crecer para llevar a cabo la misión; la misión que Jesús y María nos enseñan en cada paso que dan y que guían nuestro caminar y discurrir vital, o lo han de hacer, porque ese el sentido, creo, y el sentimiento que ha de aflorar, el de la Semana Santa, que tanto amamos. Como hermanos nos acercamos, es lo más propio, para que surta efectividad lo que hacemos, no es extraño sino conveniente incluso, recomendable, por tanto; por ahí empieza la tarea, sigue con el compromiso y se culmina cuando ha surtido efecto el darlo todo por lo que vale e interesa; porque es lo más importante y necesario, es fundamental, base sólida o piedra angular sobre la que descansan las demás, la que sustenta todo un conglomerado de relaciones que se establecen en torno a dos modelos que lo dieron todo toda su vida: eterna, inmortal, grande. Grande es la persona cuya vida es reflejo de sus buenas obras, o cuyas buenas obras reflejan su sentir, porque de él parte su vivir, de sí ha surgido la llamada a dar de su persona todo cuanto ha podido, intentando alcanzar a Dios, llegar a donde nos llevaba; consigo, hemos entendido y obrado conformes, unidos.

La rebeldía se apodera de nosotros en ciertas ocasiones y nos aleja del cometido que Dios nos encomienda; olvidamos la intercesión que su Madre nos concede, no nos acercamos y no propiciamos el entendimiento. Perdónanos porque no sabemos lo que hacemos; sí, hago nuestras las palabras que dijo antes de morir, valen, sí, porque la palabra vale, no sé si más que la imagen, porque la imagen las necesita para explicarse y llevarnos más allá; de hecho, este episodio lo conocemos por la palabra, porque ha sido transmitida, y nos permite imaginárnoslo. Sea como fuere, seguro estoy de lo que he hecho, lo manifiesto porque creo en ello, abiertamente, me armo de valor, todos, lo hacemos si lo queremos, todos hemos de reconocer nuestras las palabras de su Cruz, la que cargamos, y seguimos a quien la carga primero. Son imágenes que vemos, que vivimos y sentimos nuestras; son aquellas que los Evangelios nos muestran, que se explican por sí mismas, como lo prueban los pasajes, pero que necesitan de interpretación para manifestar todo cuanto en sí contienen y nos hace apreciarlas, valorar lo que son por cómo son, no por apariencia engañosa, sino por testimonio de vida en el que confiamos  e imitamos, mostrado.

Una luz esperanzadora brilla, se enciende; quien quiera coger su cruz que lo siga, sigamos, consigo; no nos abandona porque su debilidad se corresponde con nuestra mayor capacidad o posibilidad. Grano de trigo que cae en tierra y muere, da mucho fruto; es pan y bebida de Salvación, luz que ilumina a las naciones; gracias que nos concede, valor, idea, obra hecha, realidad y convivencia; es Jesús, es María, es el camino que nos llevará hasta la Cruz, hasta el Calvario del amor y del Perdón; es la puerta que llamamos y que se nos abre, y nos ilumina, bien. Disfrutemos, vivamos comprometidos, gocemos y llenémonos de vida nueva, de paz y de esperanza; aprendamos de la soledad de María, de lo que en sí supone, del amor de Dios y de su Madre, de cuanto nos implica y afecta; seamos humildes, oremos como Él y Ella, en sus angustias; seamos discípulos fieles como Juan y Magdalena, aprendamos la lección de vida y amor que sentiremos, viviremos y nutriremos en esta semana; alcancemos la gloria de ese don: la vida; sepamos hacerlo yendo por el camino del bien por el que nos conduce su Iglesia, lo tomamos convencidos. Hagamos su voluntad, es el mejor, único incluso, sacrificio para con Dios; es el de Jesús y María: ¡sigamos fielmente su actuación porque conllevará el sumo bien y máxima plenitud, así está demostrado en ellos!

¡Feliz Semana Santa! Nos ha llevado a entendernos, a hacer y a acercar el bien, por él, a darlo todo por la luz, darla. Respondamos a nuestras convicciones, lleguemos, propiciemos la correspondencia: Dios con sus hijos humildes.
Jesús Cuevas Salguero

domingo, 22 de marzo de 2015

DOMINGO 5º de Cuaresma

      «Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones» (1ª lectura: Jeremías 31, 31-34). Durante siglos, la fe de Israel va madurando. Con Jeremías alcanza ya cumbres que se asoman al mismo Jesús. Y aquí tenemos una de ellas, además muy importante: la Alianza, la Ley, la Religión misma no consiste en cosas externas, sino en un «cambio de corazón»; estamos cerca del consejo básico del mensaje de Jesús que dice «convertíos». Esta conversión tiene un momento decisivo: la presencia del mismo Jesús, la Palabra hecha carne.

      En el Evangelio (Juan 12, 20-33) vemos cómo lo entiende Jesús: sabe que ha llegado su hora, que es a la vez cruz y glorificación, muerte y éxito. Sabe que el grano de trigo está a punto de morir para dar inmenso fruto.
 
     Y la Iglesia comprende (2ª lectura: Hebreos 5, 7-9) que la obediencia de Jesús, la aceptación de su misión hasta la muerte, es realmente «consumación», plenitud, salvación para todos nosotros.

      Son textos cargados de teología, quizá difíciles de entender; son el esfuerzo de los primeros pensadores cristianos para acercarse a comprender profundamente a Jesús.

jueves, 19 de marzo de 2015

Solemnidad de SAN JOSÉ, PATRONO de la IGLESIA UNIVERSAL


            San José, esposo de la Virgen María, es ejemplo claro del fiel seguimiento a Jesucristo; el compromiso vivo, del que requiere nuestra relación con Dios. José atiende a la llamada del Señor, a su voluntad, porque confía en su Palabra; está guardada en sí, la mantiene y la alienta, la vive, la consagra, la cuida y cultiva; por ello, merece toda nuestra atención suma, sobre su figura y lo que representa por su buena acción a favor nuestro. El Verbo se ha hecho carne y él ha sabido acogerlo en su seno –ha salido a su encuentro–, en el de la familia que ha configurado; recordamos hoy a esa sagrada Familia, a todas, cuyo motor se encuentra en la unión porque ahí está la clave en la que se basa la unión de hijos, padres, hermanos, en fin, de todos para con todos. José se ha hecho, y bien, ha amado y es ejemplo de entrega por María, a quien quiere y por eso acoge, confirma su fe cuando el ángel le dice la verdad de su mujer y confía en ella y en el Espíritu más que nunca; también recordamos, a propósito de ello, a los seminaristas, que confían su vida a Dios, la consagran y ordenan al servicio de este y de su comunidad.

            La comunidad se reúne para celebrar a su patrón, en este día solemne y especial; también los carpinteros y los que lleven su nombre están de celebración, ya que es referente para aquellos que realicen su trabajo manual, que derramen sudor y lágrimas para sacar adelante a sus familias, de nuevo, presentes. Nos reunimos, sí, somos la familia de los hijos de Dios, en torno a Él nos congregamos, obtenemos su aliento y apoyo, y el del prójimo que lo representa; Jesús está en cada uno y María camina con nosotros, aceptando la invitación que la llama, para hacer de este mundo un lugar mejor, más justo, igualitario, en el que las oportunidades se ofrezcan para servicio de todo aquel que las merezca, necesite y viva por su bien y el de los demás al conseguir sus logros, los que se propone y persigue hasta llegar a la meta; José es ejemplo constructivo, lo ha dado todo y ha llegado a lo que quería tanto él como Dios para sí, así ha cumplido su misión. Ir a la Eucaristía, o más bien, a celebrar la Santa Misa, permite que nos empapemos del conocimiento que Dios ofrece y podamos referirlo, manifestarlo, anunciar la Buena Nueva; el encuentro con Dios sirve, y mucho, así lo percibo e indico, señalo y manifiesto convencido, tal y como lo he experimentado y comprobado.

            Sí, Dios está aquí, con nosotros, lo tenemos y nada nos falta con su presencia; ya lo decía santa Teresa, y lo hago mío por su importancia, dicho testimonio cuyo influjo es significativo, y a tener en cuenta en nuestra vida si de veras creemos en su Verdad, la de Dios manifestado en cada uno, vivo, presente en la Eucaristía, y en nuestro ser, resucitado para nuestra salvación; estamos interesados y llamados a la misión de anunciar la redención, a la tarea alegre del Evangelio, porque es fuente de agua y vida, es viva luz, claridad, alimento, es aliento que se nos da a conocer y posibilita nuestro saber, mayor cada día, mejor, y, en consecuencia, más comprometido, porque lo tenemos que hacer como dice, como nos lo indica o señala, como manifiesta y transmite para ponernos a prueba, poniéndonos, hemos de demostrar que sabemos; es nuestro objetivo, sobre el que debemos fijar nuestra atención, dedicándonos, para lograrlo porque de veras nos importa hacerlo, y bien, comprometidos estamos todos con todos y consigo, en definitiva, que es el que nos ha movido a que lo hagamos por el bien que compartimos, común y recíproco, como su resultado mismo y propio, de todos, en fin.

Jesús Cuevas Salguero

domingo, 15 de marzo de 2015

DOMINGO 4º de Cuaresma

      Las siguientes lecturas son como un resumen completo de la vida y de la fe. Empezamos por un trozo de historia, la destrucción de Jerusalén por las tropas de Nabucodonosor (1ª lectura: 2 Crónicas 36, 14-16. 19-23).

      Pero no se trata tan solo de historia. El autor también envía un mensaje: todo esto le pasa a Israel por sus pecados, porque se ha apartado de Dios. Nos ofrece una clave profunda el Evangelio (Juan 3, 14-21): «La luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz». Es nuestro drama: vamos caminando a oscuras, ¿quién nos dará un poco de luz, para no equivocarnos, para no tropezar?

      Y aquí surge la teología de Juan: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno». Eso es precisamente Jesús, la luz para que cada persona y toda la humanidad acierte, llegue y se realice.

      Pablo (2ª lectura: Efesios 2, 4-10) tiene sobre esto una expresión definitiva: «estando nosotros muertos por los pecados». Lo que hay que entender es que los pecados nos matan y Dios es para que vivamos.

miércoles, 11 de marzo de 2015

HERMANOS MAYORES 2015

Para este año se ha procedido a realizar el sorteo de hermanos mayores durante el mes de febrero, resultando elegidos:

- Dña. Estrella Molleja Segura.
- D. Iván Muñoz Navarro.
- D. Agustín Montilla Quintanilla.

Su obligaciones para con la hermandad será representar a la misma en los diferentes actos, propios de la parroquia, así como acompañar a nuestra titular en sus estaciones de penitencia.

domingo, 8 de marzo de 2015

DOMINGO 3º de Cuaresma

      Tres lecturas llenas de sorpresas, de sobresaltos. La más dura, la tercera (Evangelio: Juan 2, 13-25): Jesús a latigazo limpio con los mercaderes. ¿Este es el Jesús que acoge a los pecadores, que cura a los enfermos, que acaricia a los niños?

      Pero hay que recordar (2ª lectura: 1 Corintios 1, 22-25) que Jesús es «fuerza y sabiduría de Dios». ¿Por qué nos sorprende verlo látigo en mano vaciando el Templo? ¿No será que no lo hemos entendido bien? ¿Quizá en aquel Templo no se adoraba a Dios como él quiere, sino que era un nido de abusos y mentiras? Pero ¡qué largo ha sido para la humanidad el camino del conocimiento de Dios!

      Podemos ver sus comienzos (1ª lectura: Éxodo 20, 1-17): contiene maravillas y otros tantos disparates. ¿Cómo escucharemos la Palabra de Dios sin estropearla? La respuesta es sencilla: Jesús es la Palabra definitiva. No necesitamos milagros ni filosofías. Contemplar a Jesús, enamorarse de él, seguirlo. El camino está bien marcado, Jesús es la verdad y el camino.

sábado, 7 de marzo de 2015

PREGONERO 2015: D. JULIO CLEMENTSON LOPE

Desde este blog, queremos felicitar a D. Julio Clementson Lope, hermano cofrade de nuestra hermandad que ha tenido el honor de ser elegido para pregonar nuestra Semana Santa.
Desde la hermandad os invitamos a todos a asistir al Teatro Olimpia el próximo 21 de marzo, a las 20:30 horas, a escuchar las palabras de Julio porque, seguro, que al igual que otros años, estarán llenas de recuerdos muy emotivos.
La presentación del pregonero la hará Dña. Sonia García Lara, pregonera 2014, y el acto estará acompañado musicalmente por la AMC Puente Romano.

ENSAYOS SEMANA SANTA CHIQUITA "NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD"

Todos los viernes, a partir de las 16:30 h, los niños y niñas de la hermandad preparan la procesión de nuestra titular. Sin faltar a ningún ensayo y con el ánimo muy alto, ensayan las diferentes cuadrillas, preparándose para la procesión del 22 de marzo. Aquí os dejamos unas imágenes:
























domingo, 1 de marzo de 2015

DOMINGO 2º de Cuaresma

      Estos domingos vamos de monte en monte: el anterior, el monte de la Tentación; hoy, el monte de la Transfiguración. Todavía quedan dos, el monte Calvario y el monte de la Ascensión.
                                                                                                                                                                Son como resúmenes de la vida de Jesús: la tentación, la presencia de Dios (Evangelio: Marcos 9, 2-10), la pasión y muerte, y el éxito final. Todo eso, incluidas la cruz y la muerte, son presencia de Dios, trabajo de Dios por nosotros. Unas veces radiante, otras amarga. Como la dura prueba de Abrahán (1ª lectura: Génesis 22, 1-2. 9a-13. 15-18), que nos horroriza hasta que entendemos que el Señor no exige el sacrificio de Isaac.
                                                                                                                                                                Y aun en medio de muchas pruebas, de muchas oscuridades, una frase de Pablo (2ª lectura: Romanos 8, 31b-34) brilla como una guía imprescindible: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?». Si imaginamos la tradicional escena del Juicio de Dios, Pablo la cambia: entramos en el tribunal, el sillón del juez está vacío: ¡Dios está en la silla del abogado defensor! ¿Quién acusará a los hijos de Dios?