Cada 25 de diciembre, la Iglesia universal celebra la solemnidad de la Natividad del Señor. Jesucristo, Hijo único de Dios, nace del seno materno de la Virgen María; sin embargo, ha sido engendrado por obra del Espíritu Santo: Jesucristo es, a la vez, Dios y hombre verdadero.
Qué gran misterio contemplamos. El mismo Dios se nos revela a través de la tierna mirada de un niño recién nacido; por tanto, el niño Jesús nos descubre la auténtica identidad de Dios: un Dios niño que ha venido a este mundo a devolver, para siempre, la dignidad al ser humano.