Algo más de un mes después de haber sido vestida de luto riguroso, nuestra sagrada titular ha cambiado dicho atuendo debido a la cercanía de la solemnidad de la Natividad del Señor. Previsiblemente, la Santísima Virgen permanecerá así ataviada durante estos últimos días del Adviento, la Navidad y el primer tiempo ordinario del año litúrgico en curso, en que tendrá lugar la fiesta de la Presentación del Señor. En esta ocasión, la bendita imagen estrena una preciosa cruz pectoral con cadena ―donada por D.ª María Josefa Rivilla Alcalá― y un perfumado rosario de cuentas granates ―donado por D.ª Estrella Salguero López, camarera de la Virgen―.