domingo, 20 de enero de 2013

DOMINGO 2º del Tiempo Ordinario

      ¡Qué maravillosa visión de Isaías! (1ª lectura: Isaías 62, 1-5). En un mundo lleno de maldad y de miserias, ¡qué fe tan formidable! La belleza de las imágenes responde a la enorme belleza del mensaje. Isaías se asoma ya a la Buena Noticia, está cerca del Reino, del Dios de Jesús. Y Pablo (2ª lectura: 1 Corintios 12, 4-11) participa de la misma fe, aplicada a cada cristiano: el Espíritu de Dios sigue soplando, dando a cada uno dones siferentes, para construir una humanidad digna del sueño de Dios. Esta es la deslumbrante novedad de Jesús (Evangelio de Juan 2, 1-11): Dios, y Jesús de parte de Dios, es capaz de cambiar nuestra agua sosa en vino generoso. Sin Jesús, la boda habría sido un desastre: ¡una boda sin vino!

      Con Jesús todo se hace fiesta, Jesús da el mejor vino que jamás se haya gustado. Éste es el primero de los signos de Jesús en el Evangelio de Juan, todo se hace nuevo, todo cobra sentido: podemos vivir con esperanza y con alegría por muy fea que se nos presente la vida. ¡Esto sí que es una Buena Noticia!