La primera lectura habla de los muchos milagros que hacía Felipe en Samaría. La ciudad entera estaba llena de alegría, y lo escuchaban con placer (1ª lectura: Hechos 8, 5-8. 14-17). ¿Se puede aplicar esto a nuestro tiempo? ¿Qué milagros podemos hacer nosotros? Creo que la respuesta está en la carta de Pedro (2ª lectura: 1 Pedro 3, 15-18): «Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra fe, con mansedumbre, con respeto y en buena conciencia». Dicho con otras palabras, el milagro es que en un mundo que es esclavo del consumo, de la explotación y la violencia, haya personas que vivan «con otro espíritu», personas que manifiesten otra manera de vivir.
¿Es posible vivir así? La respuesta está en Lucas 18, 27: «Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios». La tesis de Lucas en el Evangelio es «Dios estaba con Jesús». Pero en los Hechos, su tesis es «Dios está con la Iglesia, con nosotros la Iglesia». De esto precisamente habla el Evangelio (Juan 14, 15-21), de que contamos con el Espíritu de Jesús, con el viento de Dios, para vivir «de otra manera», aunque tengamos que sufrir por ello.