Durante tres días, el Santo Padre ha realizado su primer viaje pastoral a Tierra Santa, visitando los lugares más emblemáticos para la fe cristiana.
El Papa Francisco ha viajado del 24 al 26 de mayo a Tierra Santa, en un viaje pastoral realizado en una de las zonas del mundo con más inestabilidad. Durante estos tres días de duración, el Papa ha querido acercarse a los niños de los campos de refugiados, las familias palestinas, los jóvenes discapacitados, así como las víctimas civiles de atentados en Israel.
El primer día de su llegada a Jordania, el Papa Francisco fue recibido por los reyes jordanos, Rania y Abdullah II, quienes le acompañaron en su visita al río Jordán, lugar donde Jesús fue bautizado.
En la segunda jornada, durante una misa celebrada en la plaza del Pesebre de Belén, el Papa Francisco invitó a los presidentes de Palestina, Mahmud Abas, y de Israel, Simón Peres, a “elevar una intensa oración por la paz”, insistiéndoles en que “construir la paz es difícil, pero vivir sin ella es un tormento”. Esa misma tarde, el Papa mantuvo un encuentro con el Patriarca Ecuménico, Bartolomé I, con motivo del 50 aniversario de la reunión en Jerusalén entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras en la Basílica del Santo Sepulcro.
Finalmente, el tercer día, tras visitar la explanada de las mezquitas en Jerusalén, el Santo Padre se reunió con el gran Mufti de Jerusalén, Mohamad Ahmad Husein, donde pidió a los judíos, cristianos y musulmanes que “abran sus corazones y su mente para entender al otro”. Posteriormente, en el museo del Holocausto, el Pontífice pidió a Dios que “nunca más permita un horror como el del holocausto”. A continuación, realizó una visita de cortesía a los dos Grandes Rabinos de Israel en el Centro Heichal Shlomo, y concluyó su andadura con una reunión con el Patriarca de Constantinopla en la iglesia ortodoxa del Monte de los Olivos, con los sacerdotes y religiosos en la iglesia de Getsemaní, así como con la celebración de la eucaristía en el Cenáculo.
Diócesis de Córdoba 27/05/2014