Hasta algo tan santo y
sagrado como el matrimonio puede que no sea lo mejor para consagrarse
completamente a los demás, quizá el celibato sea una opción a considerar (2ª
lectura: 1 Corintios 7, 32-35). Los primeros apóstoles, Pedro incluido, estaban
casados, a excepción, por lo que sabemos, de Pablo y Bernabé. Pero aquí Pablo
divisa un camino nuevo.
domingo, 1 de febrero de 2015
DOMINGO 4º del Tiempo Ordinario
Seguimos con las
amenazas (1ª lectura: Deuteronomio 18, 15-20). Israel todavía no ha descubierto
a Dios. Moisés habla al pueblo de un Dios terrible, insaciable. Pero ¿será
verdad que Dios es así o solamente así se lo imaginan los presuntos profetas?
Lo comprobamos viendo a Jesús (Evangelio: Marcos 1, 21-28): aparece en la
sinagoga de Cafarnaún; causa asombro porque no habla como los teólogos de su
tiempo, sino por propia autoridad; por esa misma autoridad se atreve a desafiar
a los malos espíritus. Y todos dicen «Esta autoridad es nueva». Tienen mucha razón: todo lo anterior se ha quedado
viejo, Jesús es una estupenda novedad.