sábado, 1 de noviembre de 2014

Solemnidad de TODOS LOS SANTOS

 

      Por fin una visión del final de todo lo creado en positivo, llena de visiones de esperanza (1ª lectura: Apocalipsis 7, 2-40. 9-14).

      La inmensa muchedumbre que nadie podría contar es la humanidad, que viene de la gran tribulación, de los sufrimientos y de la muerte, y llega triunfante hasta el trono de Dios. La explicación de este éxito la da Juan mismo (2ª lectura: 1 Juan 3, 1-3): el éxito se debe al amor del Padre, el amor todopoderoso. Por ese amor, «seremos semejantes a él, lo veremos tal cual es».

      Y es que «aún no se ha revelado lo que seremos», pero llegará el día en que todos se sabrán y comprenderán como Hijos de Dios triunfantes por el amor del Todopoderoso. Todo esto es el futuro, pero el presente es seguir a Jesús.

      Por eso el Evangelio (Mateo 5, 1-12a) muestra el camino, que es el estilo, los criterios, los valores de Jesús. «Los santos» son los que han ido por ese camino, nos han dejado el ejemplo de su vida y nos sirven de modelo para que en todos nosotros se realice el éxito de Dios, la Ciudad Santa, definitiva, en que ya no hay llanto ni dolor ni muerte.