domingo, 22 de septiembre de 2013

DOMINGO 25º del Tiempo Ordinario

      ¡Qué listo fue el administrador corrupto! Hasta Jesús se queda admirado de sus manejos (Evangelio: Lucas 16, 1-13). Jesús no alaba la corrupción del administrador, sino su astucia. ¡Qué bien se prepara el porvenir! Nosotros también ¡qué listos solemos ser para encontrar lo más barato, la mejor inversión, lo más rentable! Si fuéramos tan listos con las cosas de Dios, ¡cuánto mejor nos iría! Siempre ha sucedido igual.

      La 1ª lectura nos lleva a una vieja historia de abusos de los ricos contra los pobres (Amós 8, 4-7) y la indignación del profeta, puesta en boca del mismo Dios. En la 2ª lectura (1 Timoteo 2, 1-8), Pablo saca consecuencias: si seguimos a Jesús, se notará en nuestro modo de vivir, porque nuestra vida será comprometida, creyente, esperanzada... «Eso es bueno y grato a los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad».

      Es lo que faltaba a la parábola: debemos ser listos, llevar una vida al estilo de Jesús. Porque de eso depende la de muchos, que «al ver vuestras buenas obras reconozcan a vuestro Padre de los cielos».